Lo que se puede aprender del Paseo do Espolón de Padrón

He ido por segunda vez a Padrón, había pasado muchas veces por ahí pero no me había quedado a recorrer y disfrutar del pueblo. A unos metros de la estación del tren, encuentras la «Casa Museo de Rosalía de Castro», es un espacio de estudio de la autora, donde conservan un importante acervo de objetos personales de ella y de su familia. Ese ha sido el pretexto para visitar Padrón, desde ahí, para ir al centro del pueblo hay que caminar como cinco minutos. Antes de cruzar uno de los afluentes del río Sar, a la izquierda está el cementerio antiguo y más adelante el precioso jardín botánico.

Nos sorprendió que tuvieran a dos personas (al parecer) a tiempo completo atendiendo el parque-jardín botánico. Se notan los cuidados, el diseño del espacio es perfecto, está claro que llevan más de 150 años mimándolo como se merece. Frente al jardín botánico empieza la zona antigua de Padrón, es pequeña y con toda la identidad y el trazado de plato roto de las villas de por aquí.

Varias calles del casco antiguo desembocan en una alameda, que le llaman «Paseo do Espolón», en un extremo hay un conjunto escultórico dedicado al escritor Camilo José Cela y en el otro, uno dedicado a la también escritora Rosalía de Castro, me gustó más el de ella. Además tenía un detalle lindo, hay dos floreros de bronce o similar, y en ellos plantaron pensamientos, que son unas flores que la autora menciona varias veces en sus obras.

Leí que en el 2019 al ayuntamiento de Padrón se le «ocurrió» empedrar la alameda del Paseo do Espolón, la asociación Apatrigal explicó con una serie de argumentos por qué no era una buena idea, además de que seguramente Patrimonio no les daría permiso de hacer eso.

Si vemos con atención al pasado inmediato, al de hace cien años, al de dos o tres siglos, siempre podemos sacar lecciones y aprendizaje, por eso me ha gustado Padrón. A pesar de ser un ayuntamiento pequeño, han tratado con dignidad y con los medios que han podido, a su autor y autora emblemáticas, y fundamentales para la historia de la literatura en español. Mantiene un jardín botánico, de los primeros que se hicieron en España, mucho mejor que ayuntamientos con más medios, por ejemplo el pueblo donde vivo, Vilagarcía, que descuida tanto su jardín botánico como el resto de parques y jardines. El Paseo del Espolón es el diseño preciso que se requiere para la convivencia. Calles adoquinadas para reducir la velocidad de los coches, permitir la permeabilidad del agua y regular la temperatura ambiental. Un paseo con tierra compactada y gravilla, para absorber el agua y dar riego natural a los plátanos, regular la temperatura ambiental y estimular los sentidos al caminar sobre esos materiales sonoros. A los plátanos que bordean el paseo, los han dejado de mal podar, para no seguir provocándoles los muñones y protuberancias que descompensan su estructura, los han dejado crecer libremente y en su verticalidad natural.

Por último, la integración de la ciudad entre los afluentes de los ríos, por lo menos lo que conozco, me gusta como está resuelta. Aún me falta ir al convento donde hace años iniciaron el cultivo de los chiles jalapeños, que aquí llaman «pimientos de Padrón» que en realidad son de la aldea de Herbón que pertenece a ese ayuntamiento, y la casa de Camilo José Cela.

Caminar por un espacio que funciona y está bien hecho, se agradece, da igual de cuándo sea. Las villas vecinas deberían de mirarse entre ellas porque hay mucho que aprender. Y por supuesto, en cuanto pueda volveré a caminar por esa alameda tan bien hecha de Padrón.

Augusto Metztli.

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