Recogimos pétalos de jacarandas

Cuando me fui de México, si me preguntaban cómo eran las jacarandas, pensaba en las flores de otro árbol, el que se llama «galeana» que son de color naranja.

Aún así las jacarandas siempre han estado en mi mente, solo que no sabía su nombre y las confundía con otro árbol. Cada año que pasa, son más significativas para mí. Su color violeta es una especie de paréntesis en el mundo, son una coma o unos puntos suspensivos. Me hacen pausar el tiempo o ralentizarlo, me llevan a la reflexión, a la abstracción, al aquí y ahora, al ayer, son faro.

Hace unos diez años o poco más, en las nuevas peatonalizaciones que hicieron aquí donde vivo, en Vilagarcía, fueron plantando arbolitos de jacaranda. Y hace aún más tiempo, la escuela del barrio El Piñeiriño, en sus zonas verdes ideó un jardín botánico con diversas especies y plantaron las que seguramente, fueron las primeras jacarandas del pueblo. Ahora son árboles enormes que florecen más cercano al verano a diferencia de en México, que es más a finales de invierno y principio de primavera. Los ves desde muy lejos con su copa toda violeta y entonces pienso en las calles de Guadalajara, de Ciudad de México o de Puebla.

Aquí cerca hay una plaza, que precedía a un edificio de la marina, donde crecen cuatro o cinco de ellos, al alcalde de turno se le ocurrió hacer un nuevo centro de salud, que dice que necesitamos, y demolieron lo que había ahí donde crecen esas jacarandas, aún no construyen nada, solo han dejado el espacio vacío, no tocaron los árboles, por lo menos esos, porque todos los frutales que había más atrás sí.

Así que poco a poco, las jacarandas me transmiten la sensación de un árbol de resistencia, es decir, una especie de organismo que está ahí dando belleza, aire, vida, felicidad, ideas y recuerdos a pesar de nosotros y nosotras.

En el último viaje que hice a México, mi hermano y yo, estuvimos recogiendo flores de jacaranda en el suelo de la Alameda, a unos metros del palacio de Bellas Artes para traerlos de «regalo». Entonces ese árbol que aquí, me recuerda a allá… En Ciudad de México, me llevó a Galicia.

Viajar en el tiempo y el espacio con una diminuta flor.

Las jacarandas son mi árbol favorito.

Augusto Metztli.

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