
Hay personas que creen ser poseedoras de la verdad absoluta. Este delirio narcisista se convierte en algo especialmente peligroso si esas personas llegan al poder aupadas por el voto popular. Ahí tienen las obras de teatro -también una película por un beso lésbico y un concierto por un topless- censuradas recientemente por motivos ideológicos. Siglo XXI. España. Europa.
Es muy difícil quitarse de encima los complejos, arrancarlos a tiras como si fueran una piel vieja. Abandonar la doctrina requiere un esfuerzo considerable que solo se nutre con el ansia de saber y conocer, y con una curiosidad infinita. Allá cada uno con su ideología, sí; pero el problema es cuando no respetamos al que piensa, actúa o ama de una manera diferente a la nuestra.
La censura, sea del tipo que sea, es inadmisible. La libertad de expresión y la libertad de creación artística son fundamentales para que una sociedad avance.
Ahora que pensábamos que habíamos salido de la caverna, algunos quieren volver a tapar el sol con un dedo.
Fernando Prado.
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