
Tim Gurner, un multimillonario empresario australiano, piensa que los trabajadores nos hemos vueltos arrogantes tras el COVID. Sí, que se nos han subido los humos al darnos cuenta de que trabajábamos mucho por muy poco y defiende que para que la situación se revierta es necesario causar daño en la economía aumentando el paro hasta un 40 o 50%.
Que le hable de dolor a los miserables que son explotados en jornadas interminables cosiendo la ropa que consumen masivamente miles de millones de personas un poco menos miserables para sentir que tienen acceso a las últimas tendencias de la moda por el hecho de poder estrenar prendas cada temporada; que le hable de dolor al camarero que trabaja 10 o 12 horas al día sin contrato y, en consecuencia, sin derecho a vacaciones pagadas, bajas por enfermedad o prestación por desempleo; que le hable de dolor a la viuda que después de trabajar toda su vida se mantiene a duras penas con una exigua pensión con la que, además, ayuda a que a su nieto no le falte al menos un plato de comida caliente al día; que le hable de dolor a los negros que se echan al mar y que con un poco de suerte -si no acaban ahogados contribuyendo a que aumente el incierto número de cadáveres de esa fosa común que es el Mediterráneo- llegarán a una Europa que los maltrata, o a los sudacas, panchitos y latins que atraviesan la selva del Darién y toda Centroamérica con la esperanza de cumplir el dichoso sueño americano que en muchos, muchísimos casos, se convierte en pesadilla. Más dolor, dice.
Mientras nosotros sufrimos ellos juegan al futbolín.
Fernando Prado.
*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿Nos apoyas con 2$, 5$ ó 10$ al mes en patreon? o también puedes hacerlo en Ko-fi a partir de 3€. Llevamos más de ocho años ilustrando la actualidad. GRACIAS
