Sycamore Gap, un arce sicomoro de 300 años de antigüedad y 35 metros de altura, fue talado a finales de septiembre en el parque nacional de Northumberland, al norte de Inglaterra.

Es difícil no preguntarse cuáles fueron los motivos que llevaron a un joven de 16 años -detenido como principal sospechoso- a sesgar brutalmente la vida del árbol que creció y se mantuvo erguido durante tres siglos.

Contrasta este acto ecocida con la conciencia, el compromiso y el activismo de otros muchos jóvenes a los que les preocupa el futuro inmediato en el que tendrán que vivir. Tirar sopa de tomate a un cuadro en un museo, o arrojar pintura al yate de un magnate es un delito, un horror, un atentado contra el patrimonio cultural de la Humanidad y la propiedad privada, “¡terroristas!”, les gritan a los perpetradores. Talar a Sycamore Gap, en cambio, es un acto de vandalismo.

Fernando Prado.

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