Asociamos la oscuridad a lo misterioso, a lo desconocido. Allí habita todo aquello a lo que tememos, tenga o no materia y forma; aquello que amenaza nuestro modo de vida y nuestra existencia. El miedo siempre se ha utilizado para el control de la masas. Debes temer a dios -sea el que sea-, debes temerles a ellos -la historia es un nosotros o ellos-, pero confía en mí. Yo te protejo.

Que Ayuso vincule inmigración con agresiones sexuales, inseguridad o brotes de sarna forma parte del típico discurso del miedo tan propio de los fascistas. Cuidado, ya vienen, te advierte. Yo soy la luz en la oscuridad, te dice.

Fernando Prado.

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