Mi computadora prácticamente era chatarra, en esos años hacíamos la Revista Casiopea y necesitábamos potencia, así que con el mecenazgo de Inés y Claudio del Museo CJV, pudimos renovar, Ramsés, Gabriel y yo, nuestros equipos para poder seguir publicándola. Al mío además le añadimos una antena wifi. Justo en el local comercial del edificio donde vivía y trabajaba, había un «cyber» con la conexión wifi libre. Así que mientras estaba abierto el local, yo tenía internet. Era un cuarto piso, por eso la intensidad era justita.

Una noche el señor del cyber, cerró el local pero dejó activo internet. Fue entonces que descubrí algo que se llamaba «Youtube», una página donde podías buscar y ver todos los vídeos que quisieras, ahora eso es obvio y no impresiona, pero hace 17 años era brutal. Recuerdo los cuatro primeros vídeos que vi: «El triste» por Ximena Sariñana, «Feeling good» de Muse, «They don’t care about us» de Michael Jackson y «La tortura» de Shakira.

Poco a poco, utilizando aquella computadora potente como la que entonces tenía, entendí que debía contratar internet, y así lo hice. Me hace gracia que la gente como yo, los que crecimos al mismo tiempo que se desarrollaba la informática actual y el internet casi tal como es ahora, a veces me da la impresión de que mientras recuerdo, hago arqueología.

Y en un mundo en el que hemos contribuido generando contenido, a veces me siento extraño, de otra época, arcaico y como una tortuga. Pero sigo disfrutando muchísimo de ver cualquier vídeo en Youtube.

Augusto Metztli.

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