«Conocemos mejor que ellos la Justicia, la prensa patriótica, por eso salimos llorados de casa» dijo Carles Puigdemont hace unos días, en referencia a los cinco días que se tomó Pedro Sánchez para decidir si seguir o no como presidente de España.

Ya lo dijo Bosé, «Los chicos no lloran, tienen que pelear» y frases como «no llores que te ves feo», «llorar es de niñas», «los machos no lloran» y una larga lista de frases estúpidas con la misma idea, que las emociones deben apartarse de todo, solo se puede sentir y demostrarlo en la intimidad o en la soledad absoluta.

Incluso Silvio Rodríguez, que me encanta, en su canción «Debo partirme en dos» de 1978, canta una frase burlona emulando a los boleros o a las canciones del pop que dice «Te quiero mi amor, no me dejes solo, no puedo estar sin ti, mira que yo lloro.» En el 2002 casi un cuarto de siglo después, en la canción de «Quédate» cantaba esto: «Seguiré solo, con mi dolor y llanto y llanto.» Me hizo gracia escucharlo y me dio gusto, al final se dio cuenta que nuestras emociones y demostrarlas en cualquier ámbito de la vida, es imprescindible, y el no hacerlo es la excepción, la anomalía.

La militancia y simpatizantes de Pedro Sánchez, cantaban en la sede del PSOE en Madrid, «Quédate…», pensé que era la de Silvio, pues no, era de Quevedo y Bzrp Music Sessions: «Quédate, que las noches sin ti due-e-e-e-len».

Augusto Metztli.

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