Me gusta mucho cómo usa el maquillaje Yolanda Díaz, me remite a la pintora Maruja Mallo o a las hermanas Maruxa y Coralia Fandiño, conocidas como Las Dos Marías, todas ellas de Galicia. Mujeres valientes, anárquicas, que desafiaron al sistema y la represión de los tiempos que vivieron.

Feijóo dijo en un mitin para las elecciones generales del año pasado: «Viendo a la vicepresidenta que lleva el empleo, de maquillaje sabe mucho. No hay ninguna duda.» y Alfonso Guerra, en una entrevista con Susanna Griso, dijo sobre Yolanda Díaz: «Le habrá dado tiempo entre una peluquería y otra». Cuando no hay argumentos, o cuando lo que sucede no se ajusta a los intereses propios para sacar beneficio partidista o de clase, se pasa a los insultos y a hablar de la otra persona en términos de apariencia o hábitos capilares. Finalmente Feijóo y Guerra son unos señoros, machotes y misóginos, no dan para más.

Con el gobierno de Unidas Podemos y ahora Sumar, me ha pasado una cosa que nunca sentí en estos 16 años viviendo aquí: Me siento identificado, escuchado y representado en diversas luchas en las que estoy implicado. Como en la aprobación del «Estatuto del artista», el curso legislativo de la «ILP para la regularización extraordinaria», el blindaje de la «Sanidad Universal», el interés del Ministerio de Cultura por legislar la IA generativa, la votación en contra de la mal llamada «Abolición de la prostitución» o de la «Ley de la Vivienda», o la invitación reiterada a que la parte del gobierno del PSOE elimine la Ley Mordaza y la Ley de Extranjería.

Hay cosa que no me gustan o en las que me parece se quedan cortos, por ejemplo, la buena relación que dice tener la vicepresidenta Yolanda Díaz con Amancio Ortega, el explotador y esclavista dueño de Zara, que sigan abiertos los siete CIEs del Estado Español, que no hayan largado al ministro Grande-Marlaska por su violenta y matona política migratoria, o que se hayan tardado tanto en reconocer el Estado Palestino, que sigan vendiendo armas utilizadas en diversos conflictos coloniales y que sigan protegiendo a la monarquía española corrupta.

Pero por todo lo demás bien, incluyendo el maquillaje.

Augusto Metztli.

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