En una de las escenas finales de la preciosa película del «Atlas de las nubes» de las hermanas Wachowski y de Tom Tykwer, una de las protagonistas avisa a su padre que se irá a apoyar la lucha con los abolicionistas, él le responde que ese movimiento no va a ningún lado, que solo son una gota de agua en un océano infinito. Ella le responde a su padre ¿Qué es un océano, sino una multitud de gotas?

Volví a escuchar esa analogía de las gotas de agua en los post que publica la gente de Limpiarousa, refiriéndose a que nuestras pequeñas acciones individuales, de manera colectiva pueden cambiar el curso de las cosas.

Limpiarousa comenzó como la reunión de individualidades, en las que cada una por separado llevaban años limpiado de basura los espacios naturales, reduciendo sus hábitos de consumo e involucradas en diversos movimientos ecologistas locales o nacionales. Coincidieron en la limpieza de los pellets a lo largo de Galicia y al ser de esta zona, le dieron forma a «Limpiarousa» para así hacer acciones de limpieza de forma conjunta e invitando a la sociedad a sumarse. Previo a todo eso yo conocía a dos de ellas.

Es muy formativo acompañarlas en sus acciones, yo he aprendido muchas cosas con ellas, por ejemplo: estrategias para persuadir a la gente a no tirar la basura, nombres de animales o plantas, formas eficientes de convocar y gestionar, recabar datos, clasificar, y un largo etcétera.

En los pocos meses que llevan como colectivo han logrado remover muchas conciencias, y movilizar a la gente.

Se le llama Arousa a los alrededores y a la Ría más grande de Galicia (aquí en donde vivimos), ellas han decidido limpiar los arenales, playas y también montes allá donde su tiempo y fuerzas les permiten, por eso el nombre de «Limpiarousa», respetar y querer un lugar es así como lo hacen ellas. Gracias.

Augusto Metztli.

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