Caminando por las calles de Pontevedra, según la dirección del viento y por lo general cuando está nublado, puedes percibir un aroma a desagradable como a podrido, que viene de Ence. Una enorme fábrica de celulosa franquista, que acabó con el patrimonio natural de la gente de Lourizán en la Ría de Pontevedra, y que además cambió la masa forestal de la orografía galega llenándola de eucaliptos para saciar la voracidad de la celulosa promovida por la dictadura de Francisco Franco.

Ence ha sido condenada por delitos ecológicos en las aguas de la Ría de Pontevedra. Por eso con todos estos antecedentes, no entiendo por qué el gobierno de la Xunta se empeña en una nueva «Ence, pero ahora portuguesa llamada «Altri» y localizada en Palas de Rei, otro punto de la geografía galega pero con igual resultado, los vertidos irán al río Ulla que desemboca en la Ria de Arousa. Las fábricas de lo que sean contaminan, eso es un hecho, tiene un impacto ambiental brutal en el ecosistema cercano y en ocasiones, más allá de su territorio por la acción de los cauces de los ríos y los vientos.

Hay un argumento muy estúpido que he escuchado mucho por aquí, para perpetrar toda clase de tropelías, se llama «traballiño», un dogma que permite pasar por encima de lo que sea, incluso de la propia vida. Lo utiliza el vecino o la vecina e incluso el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda: «Mucha gente quiere trabajar y está a favor de que se instalen aquí», refiriéndose a Altri y a la mina de Touro.

El sentido común dice que es un ecocidio construir y que opere Altri en Palas de Rei, pero también lo dicen mucho estudios de diversas instituciones y organizaciones, algunas de ellas cercanas a la propia Xunta de Galicia.

Ojala la lucha vecinal, ecologista y, en general, del pueblo galego logremos que: Altri NON!

Augusto Metztli.

*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿Nos apoyas con 2$, 5$ ó 10$ al mes en patreon? o también puedes hacerlo en Ko-fi a partir de 3€. Llevamos más de diez años ilustrando la actualidad. GRACIAS