
Una de las maneras de combatir a los tiranos es evidenciando sus carencias, dejando que griten sus discursos de odio en salas medio vacías, porque eso, ignorarlos, a pesar de que los enfurece aún más, también los ridiculiza, los coloca ante otro espejo que les devuelve una imagen diferente de sí mismos.
Los Netanyahu y los Trump regados por el mundo no serían nadie si no ostentaran el poder. Por eso lo ejercen con soberbia, contundencia y violencia, para que les teman. Ocurre lo mismo a menor escala, en las familias, cuando la manipulación, la amenaza y la inoculación del miedo se convierten en armas de disuasión y de control.
Hasta los más grandes hijos de puta se acaban quitando de en medio cuando se quedan sin voz y sin autoridad, cuando se encuentran solos y se dan cuenta de que ya no nos aterrorizan.
Fernando Prado.
*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿Nos apoyas con 2$, 5$ ó 10$ al mes en patreon? o también puedes hacerlo en Ko-fi a partir de 3€. Llevamos más de doce años ilustrando la actualidad. GRACIAS
