Milei regala una motosierra a Musk. Es un regalo inútil -como lo son todos los regalos institucionales- y revestido de un simbolismo estúpido. Semejante muestra de patetismo puede hacer gracia, incluso puede que provoque expresiones de admiración del tipo “son los putos amos”, pero las políticas y negocios de estos siniestros personajes están llevando a un montón de personas a tener una vidas más precarias, con más carencias, menos oportunidades y menos dignidad. 

Más allá de la vergüenza ajena que algunos sentimos al ver en estas imágenes la representación más viril del horterismo gañán y supremacista llevada a término por niñatos crueles, lo que deberíamos sentir es asco, rabia, indignación y miedo en dosis suficientes como para ser capaces de articular una respuesta -a nivel local e internacional- de contención. No solo están ocupando el poder y adueñándose del relato diciéndonos que la culpa es de los inmigrantes ilegales, que hay que desmantelar el Estado, dejar de invertir en sanidad y educación, reducir los impuestos y eliminar las políticas sociales, que el seig heil no es más que un saludo de agradecimiento a los votantes, sino que nos están cortando en trocitos y aún no nos hemos dado cuenta.

Fernando Prado.

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