
Flotamos a la deriva sobre las ruinas, confiados en que unos cuantos globos nos sustenten mientras allá abajo todo se desmorona. Surcamos el cielo como meros espectadores pensando, quizás, que hemos escapado de la debacle cuando, en realidad, somos partícipes.
“Yo soy apolítico”, te dicen, con una mezcla de hastío y orgullo -en muchos casos reaccionario-. Es una tendencia peligrosa no solo porque nos auto exime de nuestras responsabilidades como ciudadanos, sino también porque damos por sentado que toda la clase política es corrupta, que estamos en manos de trepas insensibles cuyo único objetivo es obtener beneficio personal a través del cargo que ocupan -influencia, poder, comisiones-. La democracia plenamente funcional y limpia no existe, es una utopía. Pero eso no significa que no haya personas íntegras y honestas que trabajan con convicción, desde las bases hasta los más altos cargos públicos, para que esta utopía no se convierta en una simple fantasía evanescente.
Conocí recientemente a una persona con quien tuve el gusto de charlar de temas que me apasionan. Nos escuchábamos con inusitado interés, exponíamos nuestras ideas, debatíamos, y a medida que la conversación avanzaba parecíamos sorprendernos cada vez más de las convergencias que íbamos descubriendo. Evidentemente, es agradable encontrarse en el otro porque sirve para reafirmarnos en aquello que pensamos, opinamos o creemos -algo que, sin duda, puede convertirse en una trampa-; pero más que agradables, aquellas conversaciones, de amplio y muy diverso contenido, que se extendieron durante horas, fueron, entre otras cosas, reconfortantes. Saber que existen individuos sensatos, objetivos, críticos, racionales que se informan y se hacen preguntas, individuos preocupados por el auge de discursos que dábamos por hecho que no se volverían a pronunciar, en resumen, gentes activas interesadas por la actualidad de un mundo muy complejo con un equilibrio cada vez más frágil, saber, como decía, que están ahí, es reconfortante y esperanzador.
“¡Pero cómo vas a ser apolítico si TODO es política!”, exclamó.
Fernando Prado.
*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿Nos apoyas con 2$, 5$ ó 10$ al mes en patreon? o también puedes hacerlo en Ko-fi a partir de 3€. Llevamos más de once años ilustrando la actualidad. GRACIAS
