La bolsa de papel del señoro de la farmacia

Soy cliente habitual de las farmacias del pueblo, ser compañero de vida de una diabética es motivo para ello. Usualmente frecuentaba la más cercana al estudio, a unos cien metros, está en una esquina céntrica muy concurrida. Todos y todas nos atienden de maravilla, excepto el marido de la dueña.

Por lo general en cualquier comercio, quieren guardar la mercancía en bolsas, de papel, plástico o lo que tengan, yo les digo que «no gracias» y lo guardo en las bolsas que llevo o les pido que lo guarden en la bolsa que les doy.

Por alguna razón que no consigo entender, a ese señor de la farmacia le molestaba profundamente que le dijera que no quería su bolsa de papel, uno o dos años viviendo una estúpida tensión cada vez que él me atendía y me embolsaba o hacía el amago de embolsar en papel mis cosas, siempre la misma frase: No gracias, lo guardo yo en mi bolsa de tela.

El otro día hubo una «escalada en las hostilidades», nuevamente me atendió él, me cobró y en lo que guardaba el cambio y demás, metió las cosas en la bolsa y me la dio. Mientras lo hacía le repetí: La bolsa no es necesaria, gracias; ya lo guardo en la mía. Le entregué la bolsa de papel y le dije que seguro a otra persona podría dársela. Entonces la tomó con su mano, la levantó para que quedara a la altura de mis ojos, mientras me miraba fijamente y la empezó a hacer bola, a arrugarla cerrando su puño, al terminar la lanzó a la basura e hizo una mueca de sonrisa burlona.

Me quedé inmóvil, pensando si en verdad había hecho lo que acababa de ver. Me di la vuelta, me despedí y me fui. Estuve meditando sobre el asunto, sigo sin tener claro si todo esto es relevante o no. ¿Cómo puedo escribir seis párrafos sobre esa anécdota o hacer un dibujo? ¿tiene sentido todo esto…?

A veces no tengo el ánimo o la fuerza de confrontar, muchas veces lo hago, pero otras sencillamente no me apetece, me pilla cansado. He decidido no volver a esa farmacia, lo lamento por el resto de gente que trabaja ahí, que son amables y atentxs.

Yo sigo sin pedir bolsas, llevando las mías y recogiendo la basura del suelo, antes de que llegue al río o al mar.

Augusto Metztli.

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