El papa Francisco debe enfrentarse a problemas que llevan cuajándose cientos de años en la mal llamada santa sede, tiene grandes retos por resolver: limpiar a la ciudad del Vaticano, sede de una religión machista, homófoba, que ampara la violación y que es corrupta. Y dar un giro de timón a una religión que vela por la paz del espíritu mientras blanquea el dinero financiando armas, guerras, terrorismo y genocidios por todo el mundo. Que haya suertesita…
Augusto Metztli.