Ya sé que te da palo, que tienes cosas más importantes a las que atender. Entiendo tu desafección, tu pasotismo, tu desánimo. Piensas que todos los políticos son iguales, que van a la suya y que solo están ahí para meter mano en la saca, no hay más que ver los periódicos. Todos te han decepcionado porque prometen y prometen y luego no cumplen. Es normal que estés cabreado por todo y con todos, que la situación es insoportable. No sé si votaste o no el pasado 28 de mayo, pero ahora van y convocan elecciones generales el 23 de julio. Qué coñazo. Además, coincide con el inicio de tus vacaciones, las primeras en tres años; poca cosa, una semana con la familia aquí al lado, que tampoco está la cosa para más. Imagina que te toca en la mesa electoral. Menuda pérdida de tiempo. ¿Y si no ganan los míos?, te preguntas.

La realidad es una máquina de triturar carne. Músculo, grasa, piel, tendón, hueso, cartílago, vísceras, todo mezclado en un mazacote de gruesos y sangrantes hilos rojos que se amontonan sobre la tabla de corte. Las moscas esperan, pacientes, pegadas a la ventana. Cuando el olor de la putrefacción se haga insoportable tal vez comencemos a preguntarnos si aún estamos a tiempo de revertir el proceso antes de que no quede nada.

Que no te pueda la pereza. Vota.

Fernando Prado.

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