
Un grupo de científicos ha llevado a cabo un experimento para averiguar cómo afecta a los salmones la exposición de nuestros medicamentos vertidos en las aguas. Los resultados del trabajo, publicado en la revista Science, concluyen que el clobazan, un ansiolítico perteneciente al grupo de las benzodiacepinas, vuelve a los salmones más atrevidos, lo cual eleva sus posibilidades de llegar al océano y esto puede alterar el equilibrio ecológico de la especie.
Fernando Prado.
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