Hace unos días Mujica, el expresidente de Uruguay, dijo en su última entrevista: “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me acosen con entrevistas al pedo ni nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”. Lo hizo a raíz del último diagnóstico que le dieron sobre su frágil salud.

Escuchar a gente empática, congruente y consecuente me tranquiliza y me da confianza. No sé de ningún otro político actual con las responsabilidades que tuvo, que haya recorrido tan bien caminos similares al suyo. Por eso Mujica para mí es imprescindible, aunque él diga que no. Será una muy triste despedida.

«Como nuestros cantos,
como nuestras flores.
Así, tú, el guerrero de cabeza rapada.
das alegría al Dador de la vida.» Canto de la poeta Macuilxochitzin.

Augusto Metztli.

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