Los «Panchitos» no son una deliciosa golosina, endulzada con azúcar morena de caña, no tiene esencia de vainilla, ni aroma a piña. No es del color de la papaya, ni como el exótico mango. Tampoco sabe a guayaba ni es del color de la flor de pascua. Mucho menos refresca como el agua de flor de jamaica, ni tiene ese sabor indescriptible del tamarindo. No sabe a chocolate ni tiene la textura del chicle.

Los «Panchitos» tampoco son entremeses de habas fritas (frijoles), ni un derivado de la patata (la papa, ese tubérculo que salvó a Europa del hambre). No son frituras de maíz, no saben a tomate (jitomate) ni tampoco son picantes porque no tienen chile, ni pimientos.

«Panchitos», es la manera peyorativa que usan aquí en España para referirse a los y las latinoamericanas, sobre todo si son morenxs o tienen rasgos indígenas, a lo que podemos añadir otros como Oigan´s y Sudacas.  Por eso lxs «Panchitxs» no vienen en conserva, ni empaquetados, solo vienen… En avión.

Augusto Metztli (un panchito)

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