Los grandes regalos de los gobiernos de la democracia española para el pueblo han sido: una realeza podrida, unos bancos a los que hay rendir pleitesía y una industria de la corrupción, perdón quise decir construcción, especulativa y mangoneadora de los servidores públicos. Y si no que alguien me explique qué hace la ministra Ana Pastor mediando entre una empresa privada y un gobierno lejano.
El regalo del ladrillo le ha estropeado una década al pueblo español, le ha costado vidas. El único uso digno que ahora mismo le puedes encontrar a un ladrillo es para subirte en él para alcanzar algo que está en lo alto de una estantería, o para arrojarlo a un mobiliario urbano en una manifestación como en Gamonal.
¡Viva el ladrillo arrojadizo! y ¡Viva Gamonal!
Augusto Metztli.