Juan Carlos Ispizúa ha dimitido como director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), al parecer por no recibir el suficiente apoyo económico y político por parte de la Generalitat y del Gobierno. Ispizúa combinaba la dirección del centro con la del laboratorio del Salk Insitute de La Jolla, en California. El científico español, uno de los pioneros en la investigación con células madre, posee la propiedad intelectual de 18 de los 21 proyectos en los que trabajaba el CMRB y se los llevaría con él. Tanto la Generalitat como el Gobierno sostienen que los recursos para el centro no se han retirado.
Silencio, opacidad, cruce de acusaciones. ¿Realmente necesitaba Ispizúa tomar ésta decisión?. Y, una pregunta más ¿se puede permitir este país seguir perdiendo científicos?
Fernando Prado