Hace unos días los vecinos del barrio Gamonal en Burgos comenzaron las protestas para detener las obras de construcción de un bulevar y un aparcamiento subterráneo. El Ayuntamiento quiere destinar 8 millones de euros para el bulevar y 5 millones para el aparcamiento. Decenas de detenidos, cargas policiales, concentraciones de apoyo a los vecinos de Gamonal en varias ciudades españolas (en las que también han habido cargas y detenidos). Recientemente se cerró una guardería cuya reforma, necesaria para su continuidad, habría costado 187.000 euros; en algunas vías de la ciudad solo se enciende el 50% del alumbrado para ahorrar. Una vez más, se escucha el ruido de fondo de los billetes contados a mano y guardados en un cajón bajo llave, nombres de constructores, obras adjudicadas a dedo.
No deja de sorprenderme la capacidad de Ana Botella de decir barbaridades: «Yo, desde luego, condeno los atentados de Burgos». A muchos les preocupa más que se queme un contenedor que los verdaderos «atentados» contra el estado de bienestar y la dignidad de las personas que se producen a diario.
La mecha se encendió en Gamonal.
Fernando Prado.