Los faisanes se reúnen para ir a pasear por los pueblos. Lucen sus colores y sus largas colas. Con su alegría animan a la gente para que se arme el fandango. Los faisanes se transforman en músicos emocionados por ver a todos luciendo sus mejores galas, colores alegres, sonrisas blancas. Sacan sus instrumentos bien afinaditos, montan una gran tarima y comienza a sonar gozosamente, “Sembrando Flores”. Así, todos juntos, cantan, bailan, repiquetean sus zapatitos contra la madera ante el sabroso ritmo del son jarocho.
**Los Cojolites son un grupo de músicos tradicionales que con sus jaranas renovaron el son jarocho y la música mexicana. Su nombre proviene de las voces en náhuatl coxolitli, cojolite; yacatl, nariz, significando: “en la punta de los faisanes”.
Relato: Xóchitl Salinas Martínez.
Ilustración: Augusto Metztli.