La censura es un espacio minúsculo y claustrofóbico, quizás de acero, dónde algunos intentan encerrar los pensamientos de otros cuando no les gustan. Lo que ellos no saben es que ese espacio casi siempre tiene alguna grieta por la que la información se pasa de boca en boca, susurrando o a gritos, y al final llega a dónde tiene que llegar. Que no piensen que por alejar la palabra libertad de la palabra expresión ésta última desaparece, como mucho se interioriza un tiempo, hasta que encuentra un camino nuevo y vuela.
Ana Ferrer.