El 29 de septiembre, después de esperar más de tres horas para que nos permitieran hablar en el pleno del ayuntamiento de Vilagarcía de Arousa, le leímos al alcalde Tomás Fole el comunicado que acompañó a las más de 700 firmas que entregamos al concello, oponiéndonos a la tala indiscriminada de los más de 20 árboles del parque de A Xunqueira (árboles que ya habían cortado). Después «a título personal», le entregué al alcalde, un cadáver de árbol cortado a sus órdenes, al que previamente añadí una tarjeta con un conjuro a Tezcatlipoca, en donde pedíamos que sanara el corazón de Tomás Fole y curara su odio a los árboles, puesto que en sus años de gobierno ha talado más de 100 árboles a escondidas del pueblo y de la oposición.
Cuatro meses después y con las elecciones a la vista, Tomás Fole está empeñado en gastar el dinero en eso que les encanta a los políticos mediocres, hacer obras públicas para ganar votos. Así que el 12 de enero comenzó el arreglo de la plaza España, frente a la iglesia del pueblo. Comenzaron las obras de la manera más sorprendente: antes que nada protegieron a todos los árboles con un cercado de madera, para no ser maltratados, y después trasladaron a los arbustos y camelios a otro parque, intentando salvarlos (todo esto avisando previamente a los medios de comunicación para que difundieran las noticias entre los vecinos).
Después de movilizarnos los ciudadanos, la oposición (en especial Izquierda Unida), el apoyo de algunos medios de comunicación, tras la tala salvaje de más de 100 árboles del pueblo, y con la ayuda de Tezcatlipoca, el dios pacificador, el alcalde por fin mandó hacer medianamente bien, el trato y cuidado de los árboles de la plaza de España.
Aunque soy tan desconfiado, que con las elecciones para mayo, puede ser que no le apetecía que le montáramos un jaleo como el del verano pasado.
Siempre nos quedará Tezcatlipoca.