Desde hace poco decidí que cada año, en mi cumpleaños, me regalaría algo que no se compre. Uno de esos regalos fue dejar de fumar y el más reciente, el de hace un año, fue ser vegetariano. Dejé de comer animales, (pronto espero conseguir ser vegano, pero como dicen por aquí: vamos pouco a pouco).

Para mí ha sido una gran descubrimiento, en todos los ámbitos de la vida. Desde el transcurrir cotidiano, pues hay que visitar más el mercado y la huerta de la suegra que el supermercado,  hasta la sensación de mirar a los animales a los ojos y sentirme un igual. Ahora conozco más matices de sabor y de aroma de las frutas y verduras, he incorporado muchos más alimentos a mi dieta,  más preparaciones, y desde luego más información.

Se puede comer bien, sabroso y nutritivo prescindiendo de machacar a los animales para nuestro consumo. Todos los cansinos mitos, sobre esta dieta, no los pienso desmentir yo ni aclarar, mejor remito a esta maravillosa página.

Yo solo pasaba por aquí para invitarte a unas verduras y decirte que prefiero espinacas a espinas.

Augusto Metztli.

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