Se llaman «niños o niñas mariposa», aquellos humanxs que mueren siendo niñxs, y al igual que las mariposas, viven poco tiempo en la tierra, pero nos dejan el recuerdo de sus bellos e intensos colores, y la maravillosa sensación de haber disfrutado de sus graciosos movimientos. Viven intensamente y dejan bondad y dicha allá por donde pasan.

Más de cuatro años de tragedia Siria, dentro de las tragedias asiáticas y africanas, suman día a día éxodos humanos rumbo a ciudades europeas, que recorren por tierra y mar cientos de kilómetros huyendo del hambre, la destrucción y la guerra, no es novedad. Pero este verano la muerte se ha cebado sobre ellos, y han muerto miles de personas. Y la xenofobia, el racismo y una Unión Europea torpe, lenta y cruel, que reacciona tarde y mal, lo ha empeorado todo.

Pero lo que nuestros millonarios e indiferentes políticos no consiguen resolver con celeridad, sí nuestros vecinos, ciudadanos europeos empáticos.

Aylan, fue el detonante, fue el grito, el golpe de efecto en la mesa, es triste, es cruel, pero es así. Por eso no considero ni irresponsable, ni inútil, ni idiota, ni morboso que haya circulado la foto de su pequeño cadáver*. Es fuerte, es real y como responsables indirectos de ello, nos incomoda. A los que dicen que no vale para nada, o que es activismo de sofá, les recordaré por ejemplo, que Carmena con muy pocos euros de publicidad, gracias a los dibujos que inspiró a cientos de ilustradores, fue mundialmente difundida. El debate de si es correcto o no difundirla, me parece más frívolo e inútil, que el hecho de hacerlo. Muchísimas decisiones de políticxs y ciudadanxs se han corregido y modificado a golpe de foto, de titular o de manifestación.

La muerte de Aylan el niño mariposa, la de sus hermanos, las de sus vecinos. Han removido conciencias, han conmovido y han hecho rabiar. Han modificado la realidad de su pueblo, de sus padres. Pusieron los ojos del mundo en ese conflicto.

Luchamos como podemos y sabemos.

Augusto Metztli.

*Ilustración basada en la foto de Nilüfer Demir.