El 24 de abril del 2013 se derrumbó una fábrica de ropa en Bangladesh matando a cientos de personas. Esta tragedia puso en el punto de mira las ilegales y criminales prácticas empresariales de Inditex, Mango, el Corte Inglés y Primark.
Estas empresas cometen crímenes por varios frentes: la producción de sus telas envenena el agua y la tierra que circunda las fábricas textiles; contribuyen al desarrollo de mafias y corrupción en los países que velan por tener una «gran competitividad», es decir, miseria; colaboran en la esclavitud (encubierta) de gente que trabaja a destajo por salarios de 26€ al mes con jornadas de 14 horas al día y que trabajan en condiciones insalubres y de extremo peligro; y ni hablar de sus agresivas campañas de publicidad donde usan modelos y estereotipos de belleza que frivolizan la realidad y la condición humana.
La próxima vez que cuelgues tu camisa recién lavada (comprada en Inditex, Mango, el Corte Inglés o Primark) en el tendal y veas como escurre el agua, imagina que es sangre. Porque lo es.
Augusto Metztli