Ucrania está dividida. Por un lado están los que quieren soltar el lastre soviético para poder acercarse a Europa y conseguir así más transparencia, reducir la corrupción o mejorar la economía; y por otro lado están los que prefieren seguir dependiendo de Rusia. Las calles están encendidas. Las protestas, multitudinarias, se iniciaron después de que el Gobierno se negara a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea y los manifestantes reclaman el cese del presidente Viktor Yanukóvich. En medio de todo este movimiento asoman la cabeza los nacionalistas y ultraconservadores. La situación es tensa, el entendimiento parece imposible.
Fernando Prado.