En un arrebato de patriotismo, y emulando a Fraga, su mentor, nadando en Palomares, Mariano Rajoy decidió experimentar en carne propia que las cuchillas de Melilla son inofensivas, o en sus palabras «No sé si pueden producir efectos en las personas». Usándolas de collar, en una también no menos curiosa intrusión del presidente español, en el diseño de joyas punk.
Desafortunadamente se tuvo que comer sus declaraciones de chorlito, mientras estuvo en el hospital privado, donde fue sometido a una operación de emergencia para curar sus heridas del cuello.
Augusto Metztli.
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Un comentario en “Rajoy con bisutería de fantasía”