Un faquir es un asceta que practica duros ejercicios de mortificación. La primera imagen que nos viene a la cabeza cuando pensamos en un faquir es la de un hombre escuálido y barbudo caminando sobre brasas incandescentes o acostado en una cama de clavos.
Los mendigos de las ciudades españolas (y de todo el mundo) se encuentran a diario con barreras de todo tipo que solo pueden sortear una vez alcanzanda la máxima elevación espiritual o agudizando aún más (si es posible) su ingenio (o instinto de supervivencia).
Los mendigos molestan, tanto que la mendicidad está prohibida en algunas ciudades (el mismo sistema que la prohíbe es el mismo que la genera). El PP de Tarragona quiere un censo de mendigos para expulsarlos de la ciudad. Sensatez y sensibilidad.