A diario trato con personas que dicen no leer los periódicos y no ver las noticias en la televisión; dicen que ya tienen suficiente con el estrés que les producen sus respectivos trabajos o con ir a recoger a los niños al cole, y que a veces no tienen tiempo ni para desayunar.
Este es un país extraño. Cuando la única fuente de información de muchos son las páginas de la revista Hola y los programas del corazón, no me extraña que cause más revuelo la entrada en prisión de Isabel Pantoja o la muerte de la duquesa de Alba que el desahucio de Carmen Martínez -no es una anónima, tiene nombre y apellido como todas las víctimas-, de 85 años. Va de folclore.
El desinterés y el pasotismo no nos llevarán a ninguna parte. Hay mucha basura por barrer, pero no podemos exigir limpieza a nuestros políticos y a nuestras instituciones si no empezamos por limpiar nuestras cabezas.
Fernando Prado.