Picasso cada vez que habitaba una casa nueva, para apropiarse de ella, dibujaba sobre papel todos sus rincones. Picasso era un niño, y los niños utilizan el tiempo en lo importante, como mirarse dos horas los dedos de las manos. Por eso es imperativo mirarse, tocarse y olerse la vulva, aterrizar sobre esa isla fértil. Mirar las vulvas, mirar y saborear los lunares, nuestra piel. Tener conciencia con los sentidos de todo aquello que llevamos en el cuerpo. Debemos hacer un inventario exhaustivo de nuestra propia geografía y clima, para apropiarnos de ella, proyectarla, y así exhalar nuestra identidad.

La vulva, la poderosa, la vital, la luminosa, la alegre, la sabia, la temporal, la cuántica, la tuya, la propia, y origen de todos, tiene su día para celebrarla. El 6 de marzo es el día «por la visibilidad de la vulva».

«Llamamos a una fiesta en la que la protagonista sea nuestra vulva, para nuestra propia mirada, nuestras propias manos y nuestra propia sonrisa. Una jornada mundial para poner la vulva en tus manos.» Marcela V. S. (de Vulva Sapiens)

En Vulva sapiens puedes encontrar toda la información sobre esta maravillosa celebración.

Augusto Metztli.

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