Por casualidades de la vida, un día vino al estudio un actor muy conocido, sobre todo para quienes ven Telecinco, y nosotrxs no teníamos ni idea de quién era, lo supimos tiempo después. Salió a colación el tema de que yo nací en México, y en seguida nos contó que participó en una película mexicana, para después hacer la gracia que he escuchado un centenar de veces y que dice más o menos así: «Ándale, pinche guey».
Para alquilar piso todos los que somos «Panchitos» o «Sudacas» tenemos que recurrir a la ayuda de un habitante nacido y que suene de aquí, porque de lo contrario es muy complicado conseguir un sitio dónde vivir.
Cuando abres el periódico de la comarca, o de la provincia, o de la comunidad autónoma o el nacional, encontrarás dos curiosidades: Cuando una noticia narra un crimen y el o la criminal no son españolxs, dejarán claro la nacionalidad o algo similar tipo «Los asaltantes, eran una conocida banda de rumanos» o «El depravado de la piscina era un señor con acento sudamericano», y así hasta el infinito; pero si la noticia habla de una científica, de un gran músico o de una atleta que acaban de hacer un importante descubrimiento, o han vendido miles de discos o han ganado una medalla, su nacionalidad no será importante.
Suena el teléfono a la hora de la comida, del otro lado del auricular siempre escucharás un acento de alguien que vino de Venezuela, Colombia o Argentina, es una paradoja curiosa, nuestros acentos americanos siempre dan desconfianza pero en unos de los pocos lugares que es más sencillo conseguir empleo aquí en España es de teleoperador. No lo entiendo.
La gente que vende en los mercados son todxs peruanos. No hay ecuatorianos, ni mexicanos, ni bolivianos, ni guatemaltecos, ni hondureños, todos son peruanos. Un día en el mercado del pueblo escuché a una señora que es gallega y que vende flores decir: «Los africanos que vienen a vender aquí, hacen lo que les da la gana, no respetan nada, solo saben decir: Sí guana.»
Hace unos días estrenaron la película de «Coco» aquí en España, las instrucciones de Disney y Pixar fueron claras: La película no se doblará en ningún país de Iberoamérica, la película habla del día de lxs muertxs (y lxs vivxs) en México y debe sonar a México. Defender el acento mexicano a ultranza fue su prioridad, es la segunda vez que veo que una gran producción lo hace, por considerarlo pieza fundamental de la narrativa (la primera vez fue Mel Gibson con el arameo y el maya de dos de sus películas). Me parecen decisiones valientes en un mundo en el que hay acentos de primera y de segunda.
Por cierto Antonio Velázquez, en la película de Coco no escuché ni uno solo: «Ándele, pinche guey».
Augusto Metztli (eso de Metztli suena así: METSTLI).
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Un comentario en “Así hablo yo”