Ryoichi Fujieda es un pescador japonés de 64 años. Hace unos días capturó un atún rojo en la costa de Aomori (norte de Japón) que acabó siendo subastado en la lonja de Toyosu, la mayor del mundo. El ejemplar en cuestión, con un peso de 278 kilos, fue vendido por una cifra récord de 2,7 millones de euros (333,6 millones de yenes). Su comprador, Kiyoshi Kiyomura, dueño de la cadena de restaurantes Sushi Zanmai, espera que sus clientes puedan disfrutar de él.

No tengo ni idea de quienes habrán sido los afortunados en probar este manjar, evidentemente inalcanzable para la gran mayoría de mortales. Pero he aquí una de esas pruebas irrefutables de que estamos tirando la casa por la ventana.

En realidad, si hacemos un ejercicio de pensamiento racional llegaremos a la conclusión de que el famoso atún no tiene ningún valor puesto que es un cadáver, a estas aturas ya deglutido y digerido por sus comensales. Su verdadero valor sería estar vivo.

Fernando Prado.

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