«La vacuna del coronavirus ya la teníamos, y nos la hemos cargado» lo leí en medio de los días más críticos de la pandemia del COVID aquí en España. Me pareció una lectura brillante y esclarecedora, es una entrevista que Juan Soto, del Confidencial, le hace a Fernando Valladares, científico del CSIC. Recomiendo ampliamente su lectura, porque dice algo que no he escuchado de manera masiva en los medios de comunicación, ni en las reflexiones de la gente. Su premisa es que el virus es parte del ecosistema y que esto es solo el principio si no cambiamos nuestra relación con la naturaleza.
Ante la pregunta de ¿Cómo enfrentar esas pandemias futuras? Responde: «La mejor protección es la naturaleza. Es la mejor vacuna, y nos la hemos cargado. No me cansaré de repetirlo: la naturaleza hace una protección integrada. Igual no es perfecta, pero su protección es de amplio espectro, no te cuesta dinero, es sostenida y cumple muchas otras funciones. La naturaleza está de guardia las 24 horas del día. Los servicios que está haciendo para mantener las condiciones físicas, químicas y biológicas que reducen la carga vírica, para que los riesgos de la zoonosis tengan unas dimensiones pequeñas, son impagables.»
Si antes del COVID me esforzaba en ser lo más respetuoso posible con la naturaleza, después de leer la entrevista a Valladares y vivir encerrado casi tres meses, ahora mismo es mi principal prioridad. En algún momento me daba la impresión de que para mucha gente también sería así. Este tiempo encerradxs da para reflexionar bastante, pero no, me equivoqué, incluso es peor, ahora hay un espíritu revanchista, tipo: «Haré todo lo que no hice (por si las dudas) y me importará una mierda la empatía y la naturaleza».
Yo sigo intentando salir lo menos posible, no por miedo, más bien por solidaridad, las pocas veces que he salido en plan recreativo, he visto escenas desagradables, que no esperaba ver después de lo que hemos pasado y sabemos. Basura por todos lados, más basura que antes, guantes y mascarillas volando por doquier, en el suelo, en el río, en la arena de la playa, en la hierba. Lxs humanxs más jóvenes sin tomar precauciones de ningún tipo, yendo con sus colegas de un lado a otro como antes, como si con ellos no fuera la cosa, como si no tuvieran abuelos y abuelas o colegas con patologías o sistemas inmunitarios débiles.
Solo los árboles como los carballos, nos protegerán, siempre ha sido así. Es de justicia planetaria tenerlo en cuenta y protegerles. Hay que ser más salvajes y menos civilizados, porque teníamos la vacuna del coronavirus y de todo lo demás.
Augusto Metztli.
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