Cómo quieres morir, cómo te imaginas ese día, de viejo, de vieja, con compañía, con alguien a tu lado acariciando tus cabellos, con alguien a tu lado susurrándote un adiós. Con mucha gente pendiente de ti, para intentar que no acabe tu vida… Cómo quieres morir, con alguien que te moje los labios, que agarre tu mano y rece, que agarre tu mano y te cante. ¿Cómo quieres que mueran tus viejos y viejas? Supongo que de la mejor manera, la más humana, la más empática, cómo los elefantes que se despiden con sus trompas de sus compañeros y compañeras de viaje.

Aspiramos a un último suspiro digno. Vida digna, despedida digna. En Madrid, su gobierno, el de Ayuso, ordenó a las casas de ancianos y ancianas, a los asilos, que no llevaran a los hospitales a sus enfermos y enfermas de COVID. El gobierno ordenó que los dejaran en la residencias, que el colectivo más vulnerable de un país de los más desarrollados del mundo, se quedase a morir en cama, con la fantasía alevosa de que esos asilos privatizados, maltrechos y descuidados podían cuidar a sus habitantes como si estuvieran equipados como hospitales.

Entre 6,000 y 8,000 mayores han muerto en Madrid por una negligencia o maldad institucional, en la comunidad autónoma insignia del PP, donde el neoliberalismo de Aznar la ha convertido en un paraíso fiscal, administrado por criminales, mafiosos, franquistas, usureros y mentirosos, que pensaron que nadie iba a echar en falta a los viejos y viejas de las residencias.

Los hijos, hijas, parientes y amistades de esa gente abandonada a su suerte lo han denunciado, ahora está en el supremo. Ojalá encuentren justicia, porque a sus muertos y muertas les arrebataron su dignidad, su derecho a la salud y a morir en paz.

Augusto Metztli.

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