Caminar a ciegas

Interpretar la realidad -ese concepto que tiende a ser poco real- está resultando algo sumamente difícil. No sé si ustedes logran discernir entre lo que es verdadero y lo que es falso, o si son capaces de distinguir una pared de hormigón de una de pladur, por poner un ejemplo. Francamente, yo no lo tengo claro. Vivimos en un mundo extraño; a veces dudo de qué lado de la pantalla estamos.

Esta nueva normalidad, que es a la vez una anormalidad, nos está matando muy despacio y robándonos la frescura. De pronto, todos nos hemos convertido en neuróticos y paranoicos, en amargados -más aún, sí-, en potenciales asesinos en serie, y todos parecemos tener el plan perfecto para sobrevivir al fin del mundo. Salgo a la calle resignado a que en cualquier momento alguien me va a propinar una paliza o a descargar el cargador de una nueve milímetros sin mediar palabra. Me pregunto cómo vamos a gestionar tanto resentimiento, qué vamos a hacer con la ira y la frustración.

Tengo la sensación de que estamos caminando a ciegas. Siempre la he tenido, sí, pero ahora quizás es diferente porque la incertidumbre crece rápidamente y de manera exponencial. Este letargo, que de alguna manera nos hemos impuesto como consecuencia de nuestro comportamiento autodestructivo, es un agujero negro que se lo va tragando todo irremediablemente. Un despropósito.

Lo único que podemos hacer, al parecer, es seguir caminando hacia ninguna parte.

Fernando Prado.

*¿Te gustó el artículo y la ilustración? ¿NOS APOYAS CON 2$, 5$ ó 10$ al mes? Llevamos más de seis años ilustrando la actualidad. GRACIAS

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.