Estamos presenciando un espectáculo bochornoso transmitido en directo por medios de comunicación y redes sociales. Las luchas intestinas entre los miembros del Partido Popular ya han dejado varias dimisiones, unos cuantos silencios incómodos, algunas declaraciones envenenadas y mucha sangre; no la sangre que, en otra época, se derramaría de cuerpos apuñalados y decapitados -ahora somos más limpios, nos va menos el gore-, sino la que se vierte de manera simbólica, aunque igualmente efectiva.

El PP no deja de sorprendernos. Es ese tipo de partido político del que, dada su trayectoria y su ranking -el partido más corrupto de Europa-, nos esperamos cualquier cosa, pero que sin embargo, se las arregla para superarse y no aburrirnos.

Los puñales caen desde las alturas. A más de uno le convendría ir mirando hacia arriba.

Fernando Prado.

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