Sopa

“¿Qué tiene mas valor? ¿El arte o la vida?” Estas preguntas fueron lanzadas -entre otras- por las activistas de la organización en defensa del clima Just Stop Oil después de arrojar sopa de tomate sobre ‘Los girasoles’ de Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres. La pintura, según informó posteriormente el museo, resultó intacta.

Personalmente, creo que este tipo de acciones están más destinadas a la repercusión mediática que a la obtención de resultados concretos. No digo que la protesta -o mejor dicho, los motivos de la protesta- sea menor o carezca de importancia; tampoco critico las formas ni me resulta escandalosa. Muchos se han echado las manos a la cabeza por considerarla poco menos que un acto terrorista, una acción por la que las activistas -detenidas por Scotland Yard y acusadas de daños criminales y allanamiento agravado- deben ser juzgadas y cumplir condena.

Creo que es oportuno debatir abiertamente sobre el valor que tiene el arte y cuál debe ser el papel de los museos en la actualidad. También creo que no nos estamos enterando de nada y que no estamos dando la importancia que deberíamos al cambio climático y sus consecuencias. Tal vez deberíamos preguntarnos qué haríamos nosotros, con toda la información disponible, si fuéramos jóvenes. ¿Emprenderíamos acciones como esta? ¿Ocuparíamos calles y haríamos sentadas delante de los parlamentos y sedes gubernamentales? El futuro, sea el que sea, es de esas chicas que arrojaron sopa de tomate sobre un Van Gogh, es de millones de jóvenes -también es de tus hijos- que cada vez están más preocupados por las desalentadores perspectivas que se presentan en un planeta cada vez más cerca del colapso.

El arte nos aleja de la barbarie, nos humaniza. Ahí radica, en parte, su valor. La labor del artista -más allá de procurarse un sustento ególatra- debería ser la de transgredir estereotipos y modas, denunciar, protestar, provocar en el consumidor -hoy consumimos arte, si nos lo podemos permitir- incomodidad, enfrentarlo a realidades molestas, revelar inquietudes asfixiantes, comunicar y establecer vínculos con el futuro.

La sopa de tomate sobre ‘Los girasoles’ es una performance deliciosa. Todo un símbolo de la época.

Fernando Prado.

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