
Los lunes al sol es una película española que estrenaron hace 20 años, y la vi por primera vez al poco tiempo de vivir aquí en Galicia. Cuenta la historia de unos obreros y sindicalistas que están en el paro, al cerrar el astillero donde trabajaban.
Con los años y las muchas veces que la he visto, cada vez me gusta más y la entiendo mejor. El segundo empleo formal que tuve viviendo en Galicia, era en Vigo, por lo que se convirtió en mi ruta de trabajo. La película sucede en esa ciudad, una de las razones por lo que me resulta especial. Los hechos en los que está inspirada, no sucedieron en Vigo, fueron movilizaciones de los obreros de astilleros en Gijón, Asturias, en el año 2000, Fernando León de Aranoa, el cineasta autor de la película estuvo ahí.
La vida de una obrera u obrero galego siempre me ha dado la impresión, de que es muy distinta a la de sus homólogos en México. El pago y prestaciones de una o uno de aquí, son más y mejores que las de allá. Aunque con los años, también he visto cómo se han ido precarizando los empleos, una inercia que el PP de M. Rajoy aceleró. Por lo que la gente con un trabajo fijo pasa apuros económicos, y ahora mismo ser empleado no garantiza una vida digna. Les llaman «trabajadores pobres».
Toda esta zona relacionada con el mar, vive constantes crisis, con sus consecuentes movilizaciones. Yo he visto la de las trabajadoras (siempre son mujeres) de la conservera Cuca, o las de los obreros y obreras de Lantero (empresa de cartones). Recuerdo cómo la gente de Lantero detenía el tráfico en los pasos de cebra, haciendo que los coches de sus jefes no pudieran pasar, se formaban uno tras otro para cruzarles el paso, en una marcha eterna. Me hizo mucha gracia el ingenio y me conmovió su organización y el apoyo del pueblo que ellos sí tuvieron.
Por eso la película de Fernando León de Aranoa, me conmueve, porque he visto o conozco luchas similares, como la de mi suegro y la empresa frigorífica donde trabajó décadas, y cómo después de que esas fábricas cerraron, la vida de los obreros (casi siempre hombres) y sus familias, quedó muy tocada. Desestabiliza el día a día, impacta en las relaciones afectivas familiares y de amistades. En su salud física y mental… Depresiones, humillaciones y pobreza. A veces son tan mayores que solo queda esperar a la prejubilización, encadenado trabajos precarios o en la economía sumergida.
Los protagonistas de la película están inspirados en los obreros y sindicalistas, Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, ambos asturianos. Los intepretan Javier Bardem y Luis Tosar. El personaje de Bardem se llama Santa, y es el que más me gusta por las reflexiones que hace sobre la vida y su ironía sobre el sistema. Entiende perfectamente cómo funciona el capitalismo, y dentro del mismo con sus propias reglas, él plantea una ética, una utopía y lealtad, que finalmente acaba reprochándosela a sus compañeros de trabajo por aceptar los sobornos del patrón.
Una de las escenas finales, es cuando Santa vuelve de pagar la multa por haber roto una farola en las movilizaciones que hubo. La pagó en el último momento, por dignidad. Porque sabía que de no hacerlo sería peor para él. A la vuelta del juzgado, le pide a su colega con el que iba, que detuviera el coche, a unos pasos de la entrada de la fábrica. Se acerca a la misma farola que ya habían repuesto, y le lanza un piedra. La vuelve a romper.
Esa es la lucha obrera.
Augusto Metztli.
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