Como si fueran los zapatos de Dorothy del Mago de Oz, científicos españoles tocarán tres veces los talones de las zapatillas rojas de la vida, y usando la tecnología biológica regresarán a la vida por tercera vez a Celia, el último bucardo extinto en el año 2.000. Esperando que este intento sí tenga un final feliz porque el anterior, y primera vez en la historia que resucitaron a una especie extinguida, murió a las pocas horas de nacer. Curiosamente y a falta de un gobierno español con visión, quien financia esta investigación es la Federación de Caza de Aragón, que en su momento contribuyó a la desaparición de esta especie.
Si siguiéramos este mismo criterio de resarcir errores y meteduras de pata, los avariciosos y regordetes banqueros sin escrúpulos deberían devolvernos tanto, que se quedarían sin bragas. Los políticos mentirosos, mamandurrias e ineptos deberían devolver todo su salario y un millón de palabras vacías al limbo de las «buenas intenciones». Las religiones mayoritarias deberían de devolvernos unos cuantos millones de vidas, esas que se llevó su dios ególatra coleccionista de fieles. Lo que no me queda claro es quién se llevó nuestra humanidad, para que también nos la devolviera.
Augusto Metztli.