Un artista y su obra trascienden a niveles arquetípicos cuando en el día a día, en lo cotidiano, sale a colación una y otra vez aquello que creó. Eso sucede con la basta obra de Juan Gabriel, sucedió con vida y sucederá ahora con su muerte. Por ejemplo, tenía una alumna de pintura que se llama Noa, no había día en que después de nombrarla en mi cabeza sonará el Noa, noa, noa vamos a bailar…

O charlando de lo que sea, al surgir la expresión ¡pero qué necesidad!… Acababa completando la idea diciendo «¡para qué tanto problema!». El resto mejor lo tarareaba en mi mente… «Siempre en mi mente» y así puedes enlazar una conversación de verso en verso. Más de 1.800 canciones dan para colarse en los entresijos de los momentos que vivimos todxs lxs humanxs de habla hispana, bueno, dicen que hay canciones de Juan Gabriel hasta en Japonés, así que supongo que japoneses y japonesas también han reído y sufrido al ritmo de Juan Gabriel, así como nosotrxs.

Los mexicanos y las mexicanas tenemos una sola fe, pues somos Guadalupanos, y una sola patria, somos JuanGabrielenses.

«Pero qué necesidad, para qué tanto problema, no hay como la libertad de ser, de estar, de ir, de amar, de hacer, de hablar, de andar así sin penas…» Juan Gabriel (1950 – 2016).

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Augusto Metztli.