Garbiñe Muguruza ha ganado un Wimbledon y posee cuatro títulos WTA en individuales. Su palmarés es extenso y, actualmente, es la número dos del mundo. Vale la pena resaltar todos sus logros como tenista, sin duda, pero Garbiñe es, por encima de todo, mujer.

Pablo Motos, presentador del programa El Hormiguero, tiene un largo historial de salidas de tono, insultos y episodios de misoginia y machismo que también habría que destacar, no como logros, sino como ese tipo de comportamiento que no debería permitirse. No nos olvidemos que el programa que presenta es, inexplicablemente, uno de los líderes en audiencia en su franja horaria.

Recientemente presentó a Muguruza como una de las sonrisas más bonitas del mundo. Cosificar, discriminar, menospreciar, insultar. Eso es lo que a menudo ha hecho Pablo Motos con las invitadas a su programa.

Cabe preguntarse qué tipo de sociedad es la que permite que un programa así siga en audiencia después de tantos años. ¿Es esta la televisión que queremos? ¿Es este el tipo de programas que necesitamos ver para evadirnos y distraernos? ¿Es esto entretenimiento?

Escuchar a este impresentable es de tanta utilidad como una piscina vacía.

Fernando Prado.

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