Probablemente no haya en el mundo una persona con más poder y sentido de la irresponsabilidad que Donald Trump. Hace unos días, el actual presidente de los Estados Unidos reconoció publicamente en su cuenta de Twitter haber parado un ataque militar contra Irán porque, en último momento, le pareció desproporcionado.

“Estábamos preparados para responder desde tres posiciones cuando pregunté cuántos morirían. 150, señor, fue la respuesta de un general. 10 minutos antes de la ofensiva, lo paré. No era proporcionado al derribo de un dron no tripulado. No tengo prisa. Nuestro Ejército está renovado y preparado para actuar, y es de lejos el mejor del mundo. Irán no debe tener armas nucleares, ni contra Estados Unidos ni contra el mundo”.

Trump es un altanero y caprichoso multimillonario que gobierna el país como si fuera otra de sus empresas, parece estar convencido en todo momento de ser el poseedor de la verdad absoluta. Racista, misógino, negacionista del cambio climático. Trump es una amenaza para la democracia y la paz mundial.

El mundo es una pequeña bombilla que pende de un fino cable. Basta con abrir la boca de manera irresponsable para provocar una subida de tensión y hacer que todo se rompa en pedazos.

La guerra es un negocio, eso ya lo sabemos, pero conviene no olvidarlo.

Fernando Prado.

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