Nosotros los Koalas, comemos y bebemos al mismo tiempo, en las hojas tiernas tenemos casi toda el agua que necesitamos. Después de cada comida, dormimos muchas horas, porque nuestras digestiones son pesadas, es la misma razón por la que también nos movemos despacio. Pero nuestra lentitud la compensamos con intuición.

Desde el principio de los tiempos sabemos de los incendios y demás peligros a los que estamos expuestos, nosotros los Koalas somos únicos, un poco más pequeños nosotros los del sur. Somos conscientes de que no podemos huir de las adversidades, la velocidad no es lo nuestro. Por eso nuestros antepasados, nos han enseñado que cuando las hojas ya no están tan frescas, cuando el agua de las hojas no nos llega y tenemos que buscarla en otros sitios, es el tiempo de los incendios, y del tiempo seco. Pero como dije, nuestra intuición nos hace predecir incendios, y sabemos que debemos desplazarnos con los vientos, porque el viento a favor también trae los fuegos.

Pero ahora todo es distinto, desde que persiguieron y aniquilaron a aquel pueblo original, que nos bautizó como Koalas, el clima ha cambiado, poco a poco, generación tras generación nos resulta más difícil predecir los incendios.

Ahora ya es demasiado tarde, muchos de nuestros hermanos y hermanas, desde el sur hasta el norte, han muerto calcinados. El fuego es más veloz que nuestra intuición.

Aún así sobreviviremos.

(Los incendios de Australia ya han calcinado más de 10 millones de hectáreas en varias zonas del país y han acabado con la vida de 28 personas y más de 1.000 millones de animales, según la Universidad de Sidney).

Augusto Metztli.

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