La familia real española está que se sale. Siempre lo ha estado, lo que pasa es que no lo sabíamos, o nos lo imaginábamos, pero nos daba igual porque estábamos a otra cosa, muy liados viviendo por encima de nuestras posibilidades. Ahora que se le ven las costillas a las vacas comenzamos a pensar que se han pasado un poco, quizás, que nos han tomado el pelo, y nos preguntamos cuántas veces habremos escuchado que la realidad siempre supera a la ficción.

Llevamos una buena media de bombazos, y esto no tiene pinta de acabar. El último es la vacunación de las infantas Elena y Cristina a principios de febrero en Abu Dabi. Dicen en un comunicado, que se les ofreció la posibilidad de vacunarse y accedieron con el objetivo de tener un pasaporte sanitario que les permitiera visitar regularmente al rey emérito, Juan Carlos I, quien reside desde hace varios meses en los Emiratos Árabes. Los seis escoltas que las acompañaron costarán a las arcas públicas 33.000 euros. Según la embajada de EAU en España no es legal que los extranjeros viajen al país y paguen por vacunarse.

Tal vez deberíamos dejar de jugar a los dardos con las vacunas.

Fernando Prado.

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