Por lo visto, la aparición de Andie MacDowell en el festival de cine de Cannes causó cierto revuelo. El motivo, sus canas. Puede que para algunas personas esto sea un gesto de valentía, una forma de reivindicar la madurez sin complejos, de pasar de los estereotipos y de romper las normas de la industria. En cierta manera lo es.

Las canas te hacen parecer más vieja, incluso te ves dejada. Tíñete. Hazte las uñas, ponte pestañas, rellénate esas arruguitas, arréglate los labios. Me pregunto en qué momento hemos asumido que debemos disimular los signos de la edad, las evidencias del desgaste, del paso del tiempo, de la gravedad; en qué momento decidimos que era mejor renunciar a la naturalidad y rechazar los cambios que se producen en nuestro cuerpo.

Supongo que cuando somos jóvenes el tiempo no importa porque aún no hemos descubierto que somos mortales. Todo cambia tras esa revelación fatídica. Aceptarnos no nos da más tiempo, pero tal vez nos ayude a entender que la imagen que nos devuelve el espejo ya nunca más será la misma.

Fernando Prado.

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