
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que el Gobierno autonómico revisará de forma urgente el contenido de los libros de texto para el próximo curso 2022/23 con el objetivo de evitar el adoctrinamiento en las aulas y retirar todos aquellos que contengan material sectario.
Memoria democrática, Conciencia democrática, Objetivos de desenvolvimiento sostenible, Emergencia climática, Actitudes éticas esenciales del siglo XXI, la II República y la transformación democrática de España, Relaciones de género a lo largo de la historia, Fuentes literarias y artísticas en los estudios de género y La herencia colonial en la España contemporánea. Como ven, adoctrinamiento puro y duro, material sectario.
Pretender retirar todos estos contenidos de los libros de texto es negar a los alumnos la posibilidad de formarse para un futuro que cada vez es más incierto debido a la emergencia climática -esa patraña de progres y científicos alternativos- y para vivir en sociedades cada vez más diversas, competitivas, en un mundo más global en el que el acceso al trabajo y a los recursos será más difícil, y en el que vivir con las necesidades básicas cubiertas será una odisea.
Crear monstruos sumisos inoculados con el pensamiento único de la caverna, sembrar semillas que germinarán como futuros votantes y tiranos de medio pelo. La perpetuación de la España caciquil, de la desmemoria, de la barbarie, de la insolencia, del macho erecto, de la violencia, de la intolerancia, del miedo, de la ignorancia, de los complejos. Ese es el objetivo.
Se pueden prohibir libros como ya se ha hecho en otras épocas -y tristemente se continúa haciendo-. Tal vez el sueño de algunos sea ver arder montañas de libros apilados en las plazas y sacar pecho en nombre de la libertad mientras la columna de humo asciende al cielo. No es por joder, pero creo que lo tienen difícil. Se lo vamos a poner muy difícil.
Un libro es una ventana y debemos tener la absoluta libertad de poder abrir todas las que necesitemos. Pero un libro también es un arma, un enorme bloque que nos puede aplastar en el momento menos esperado. Ellos lo saben. De ahí, sus miedos.
Fernando Prado.
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